Con la edad, el cartílago que recubre los extremos de los huesos y actúa como amortiguador se desgasta, provocando fricción y dolor. Además, los ligamentos y tendones pueden perder elasticidad y limitar el rango de movimiento.
Cada movimiento que hacemos, ya sea levantarnos de la cama o simplemente caminar, involucra las articulaciones. Y a medida que envejecemos, estos movimientos pueden volverse más difíciles y dolorosos. ¿Por qué sucede esto, y qué podemos hacer para mantener nuestras articulaciones saludables? Traumatología Soler, expertos en cirugía de cadera y articulaciones, explica cómo les afecta el envejecimiento y algunos consejos prácticos para protegerlas a lo largo de los años.
¿Cómo afecta el envejecimiento a las articulaciones?
El envejecimiento es un proceso natural que afecta todo nuestro cuerpo, incluidas las articulaciones. A medida que los años pasan, las articulaciones sufren desgaste debido al uso continuo. Este desgaste se refleja sobre todo en el cartílago, el tejido que recubre los extremos de los huesos y permite un movimiento suave. Con el tiempo, este tejido se vuelve más delgado y menos flexible, lo que provoca rigidez y dolor.
Pérdida de lubricación natural
Además del desgaste del cartílago, el envejecimiento también disminuye la producción de líquido sinovial, la sustancia que lubrica las articulaciones. Con menos lubricación, los huesos empiezan a rozar entre sí, lo que puede causar inflamación y dolor. Este problema es común en las personas mayores, y es una de las principales razones por las que se sienten más rígidas por la mañana o después de largos períodos de inactividad.
Consejos para mantener la salud articular
Aunque el envejecimiento es inevitable, existen formas de cuidar nuestras articulaciones para que sigan funcionando de manera óptima durante más tiempo. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos que puedes aplicar en tu vida diaria para mantener la salud articular.
Mantén un peso saludable
El peso adicional pone una carga extra en tus articulaciones, sobre todo en las caderas y las rodillas. Al mantener un peso saludable, reduces esta presión y previenes el desgaste acelerado del cartílago. Una dieta equilibrada y ejercicio regular te ayudarán a mantener tu peso bajo control y proteger tus articulaciones a largo plazo.
Realiza ejercicio de bajo impacto
El ejercicio regular es clave para la salud articular, pero no todos los ejercicios son iguales. Para proteger tus articulaciones, es mejor optar por actividades de bajo impacto como caminar, nadar o montar en bicicleta. Estas actividades fortalecen los músculos alrededor de las articulaciones sin causar estrés innecesario en el cartílago.
Estira y fortalece tus músculos
El envejecimiento también afecta a los músculos, haciéndolos más débiles y menos flexibles. Mantener los músculos fuertes y flexibles es esencial para soportar las articulaciones y evitar lesiones. Incorporar una rutina de estiramientos diarios y ejercicios de fortalecimiento puede mejorar la estabilidad y reducir el riesgo de problemas articulares.
Mantén una buena postura
La postura adecuada distribuye el peso de tu cuerpo de manera uniforme sobre tus articulaciones. Evitar posiciones encorvadas y mantener una postura erguida, tanto sentado como de pie, ayuda a reducir la presión innecesaria sobre las articulaciones, incluida la cadera. Si trabajas muchas horas en una oficina, considera utilizar una silla ergonómica que te ayude a mantener una postura correcta.
Actúa hoy para disfrutar de una mejor calidad de vida mañana
El envejecimiento es un proceso biológico inevitable, pero no tienes que aceptar el dolor articular como parte de este. Con los cuidados adecuados, puedes mantener tus articulaciones en buen estado y disfrutar de una vida activa durante muchos años más. ¡Empieza hoy y cuida tus articulaciones para un futuro sin dolor!