Garbanzos con bacalao receta dela abuela
Garbanzos fritos al estilo guyanés, a mi manera – episodio 58
Las pruebas encontradas en los yacimientos arqueológicos de todo el Mediterráneo indican que los garbanzos existen desde hace mucho tiempo: desde el Neolítico y a principios de la Edad de Bronce. Estas legumbres fueron una importante fuente de alimentación en países como Chipre, Irak, India, Turquía, Egipto, Creta y el sur de Italia; en Pompeya se cultivaban para alimentar al imperio romano.
En tiempos más recientes, el ceci ocupa un lugar destacado en la historia de Sicilia. El lunes de Pascua, 30 de marzo de 1282, en Palermo, los sicilianos esperaban para asistir a las vísperas (servicio religioso). Aquí se produjo el inicio de una rebelión que se venía gestando desde hacía tiempo: los sicilianos estaban en contra del gobierno de Carlos I de Anjou, gobernante de Sicilia, y aprovecharon la oportunidad para aprovechar un acontecimiento trivial para masacrar a los franceses, a los que se identificaba por su incapacidad para pronunciar la palabra garbanzos sin su inevitable ceceo.
¿Y por qué una receta de Florencia? Esto surgió porque mi hermano y mi cuñada visitaron España el año pasado; hace poco hablamos de cómo les había gustado especialmente comer bacalao en España con garbanzos y de cómo muchas de las recetas españolas parecen muy similares a las italianas.
Bacalao con pomodoro (bacalao salado con cebollas y tomates)
Mis primeros recuerdos de la comida provienen de la cocina de mi abuela. Hacía grandes ollas de canja de galinha (sopa de arroz y pollo), uno de los sabores más vivos que recuerdo de mi infancia. Viajando por Asia hace años, encontré los mismos sabores en un alimento básico de la cocina china, el congee. Quizá los portugueses viajaban mucho más de lo que creemos. Otro clásico de Portugal es la especialidad obrera lisboeta, el bacalao con garbanzos. Ahora que llega el frío, me apetecen estos dos platos calientes, y he añadido algunos ingredientes y técnicas para potenciar su sabor. Hay un poco de preparación, pero no dudes en probarlos: son muy divertidos de hacer y muy sabrosos de comer. Lo mejor es disfrutarlos con los seres queridos, en algún lugar cálido en una fría tarde de otoño.
Mezcle la sal y el azúcar y extienda la mitad sobre una bandeja pequeña. Coloque el pescado encima en una sola capa y cúbralo con el resto de la curación. Déjelo reposar a temperatura ambiente durante 45 minutos, enjuáguelo y séquelo con palmaditas.
Garbanzos con bacalao de cocina española
Los garbanzos son un plato muy caliente y con bastantes vitaminas y energía para estos días de frío. Si no eres amante del cocido, este plato de garbanzos con verduras te puede gustar, porque además de ser una receta que está muy buena, la puedes preparar en poco tiempo, y es de lo más nutritiva.
Espera a que todo se poche, y cuando esté listo, ve incorporando el resto de las verduras, y con la ayuda de una cuchara de madera, remueve para que todo se rehogue bien. Una vez mezclados correctamente todos los ingredientes, añadimos el agua.
Cuando las verduras estén cocidas probamos y rectificamos de sal, añadimos el azafrán, removemos todo, y lo pasamos por la batidora. Una vez que tenemos este caldo totalmente triturado, añadimos los garbanzos y cocinamos todo junto a fuego medio durante unos 10 minutos aproximadamente.
NOTA: Si los garbanzos son de lata, escurrirlos y lavarlos bien antes de añadirlos a la olla. Si no, tendremos que ponerlos en remojo 12 horas antes y cocerlos en una olla con una cebolla hasta que estén completamente tiernos.
Paella valenciana de cocina española
Durante la Cuaresma, mi abuela solía hacer un guiso de bacalao y garbanzos. Se convirtió en un plato habitual de la temporada, ya que se supone que no se puede comer carne los viernes, y se utiliza pescado u otro tipo de marisco como sustituto. Es el plato perfecto para el tiempo lluvioso y frío. Esta es la receta que a todos nos gusta cuando nos apetece comer algo sabroso y reconfortante a la vez, y lo mejor de todo es que no tienes que utilizar necesariamente los mismos ingredientes cada vez. De hecho, puedes cambiarlos o sustituirlos a tu antojo. Un ejemplo de ello es que puedes utilizar acelgas en lugar de espinacas u otro tipo de alubias para sustituir a los garbanzos. ¡Incluso puedes prepararlos el día anterior para que el sabor se impregne!