Vox y el auge de la extrema derecha en España
Francisco Javier Ortega Smith-Molina (pronunciación en español: [zmið.moˈlina]; nacido el 28 de agosto de 1968) es un abogado y político hispano-argentino[1] Secretario General de Vox, el segundo cargo más destacado del partido español después de su presidente Santiago Abascal,[2] es miembro tanto del Congreso de los Diputados como del Ayuntamiento de Madrid desde 2019.
Al parecer, estuvo 9 meses cumpliendo el servicio militar obligatorio dentro del COE 13, perteneciente a los Grupos de Operaciones Especiales (GOE), ubicado en la Base de San Pedro, Colmenar Viejo[9][2] Fue un gran practicante de artes marciales hasta que una lesión de rodilla le impidió continuar[4].
Instalado en Chamberí, Ortega Smith inició una carrera profesional como abogado[11] En 2012 fue contratado como abogado de Santiago Abascal durante un juicio en la Audiencia Nacional contra unos individuos que supuestamente habían agredido verbalmente a Abascal en el País Vasco años atrás; acompañado en el juicio por Iván Espinosa de los Monteros, este trío, junto a la esposa de este último, Rocío Monasterio, se convirtieron en estrechos conocidos. [12] Trabajó en el departamento judicial de la Fundación DENAES («para la Defensa de la Nación Española»), ejerciendo también de portavoz de la organización[13].
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Este libro examina a VOX, el primer partido de la derecha radical populista importante y con éxito electoral que ha surgido en España desde la muerte del general Franco, y la restauración de la democracia parlamentaria a finales de la década de 1970.
En diciembre de 2018, VOX, un nuevo partido de la derecha radical populista, entró en el parlamento regional andaluz, y desempeñó el papel de hacedor de reyes en los subsiguientes debates de formación de gobierno. Desde entonces, bajo el liderazgo de Santiago Abascal, VOX ha obtenido representación política en numerosas elecciones locales, regionales y nacionales. El partido atrajo más de 3,6 millones de votos en las elecciones generales de noviembre de 2019, convirtiendo a VOX en el tercer partido más grande del Congreso de los Diputados. En dos años, el partido se ha convertido en un contendiente político clave y un actor importante en la política española. Este libro explica los orígenes del partido, su ideología y su relación con la democracia, su atractivo entre los votantes y sus similitudes (y diferencias) con otros partidos populistas de derecha radical en Europa. Se basa en una rica fuente de datos de encuestas nacionales y transnacionales, así como en un análisis sistemático de los manifiestos de los partidos, que proporcionan un relato detallado del ascenso de VOX y de lo que su aparición significa para la política española.
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Carlos Conde Solares no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
En vísperas de unas elecciones en España en las que una gran parte de los votantes aún están indecisos, un partido está causando un gran revuelo. Vox hace campaña en gran medida con una propuesta antiseparatista, proponiendo la recentralización de poderes a Madrid tras décadas de devolución a los poderes regionales.
Su irrupción en la escena no puede explicarse combinando tópicos sobre un retorno franquista. Lo que ocurre en España no se parece al euroescepticismo populista y antiinmigración de moda en otros lugares. Abundan las comparaciones con las campañas del Brexit y de Trump, pero estas solo ofrecen explicaciones engañosas para un fenómeno que está firmemente arraigado en un asunto interno español: la crisis catalana de 2017.
Desde fuera, el auge de Vox parece típico de la atomización política que siguió a la prolongada crisis sistémica de 2008. Sin embargo, en España, esa brecha ya fue tapada por Podemos, el partido antiausteridad que surgió de los movimientos de protesta de hace una década. La historia de Vox es muy diferente. El partido se creó en 2013, pero no tomó vuelo hasta 2018, justo después del referéndum catalán.
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Si hay algo en lo que la francesa Marine Le Pen, el italiano Matteo Salvini y el holandés Geert Wilders pueden estar de acuerdo es en que el ascendente líder del partido de extrema derecha español Vox, Santiago Abascal, de 43 años, es la leche.
Con las felicitaciones posteriores a las elecciones del domingo por parte de las mencionadas estrellas del firmamento de la extrema derecha europea – «¡Felicidades a Vox!» y «FELICIDADES» por parte de Salvini y Wilders, respectivamente-, Abascal, cuidadosamente peinado y con un buen manejo de las cámaras, ha sabido interpretar a la perfección el populismo y los sentimientos antimigrantes en la sólida actuación de Vox.
«Hace sólo 11 meses, ni siquiera estábamos en ninguna legislatura regional en España», se jactó Abascal tras las cuartas elecciones nacionales en cuatro años y las segundas en unos siete meses. «Hoy somos el tercer partido de España y el que más ha crecido en votos y escaños».
En términos reales, los escaños de Vox en el parlamento se han más que duplicado, pasando de 24 a 52, lo que le convierte en el tercer partido más importante del Congreso de los Diputados de España. Es decir, que, aunque no llega a la mayoría de 176 escaños necesaria para construir un gobierno en España, está en condiciones de marcar una gran diferencia. Sobre todo si se tiene en cuenta que los socialistas de izquierdas sólo obtuvieron 120 escaños, tres menos que en abril, lo que humilló al Presidente Pedro Sánchez.