Enfermedad de los gatos
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La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria causada por el Toxoplasma gondii, un apicomplejo[3] Las infecciones por toxoplasmosis no suelen causar síntomas evidentes en los adultos[2] En ocasiones, las personas pueden padecer durante unas semanas o meses una enfermedad leve parecida a la gripe, como dolores musculares y sensibilidad en los ganglios linfáticos[1]. [En un pequeño número de personas, pueden aparecer problemas oculares[1]. En las personas con un sistema inmunitario débil, pueden aparecer síntomas graves, como convulsiones y falta de coordinación[1]. Si una mujer se infecta durante el embarazo, el niño puede sufrir una enfermedad conocida como toxoplasmosis congénita[1].
La toxoplasmosis suele propagarse por el consumo de alimentos mal cocinados que contienen quistes, por la exposición a heces de gato infectadas y de una madre infectada a su bebé durante el embarazo[3]. En raras ocasiones, la enfermedad puede propagarse por transfusión de sangre[3]. [Se sabe que el parásito se reproduce sexualmente sólo en la familia de los gatos[8], pero puede infectar a la mayoría de los animales de sangre caliente, incluidos los seres humanos[8]. El diagnóstico suele realizarse mediante un análisis de sangre para detectar anticuerpos o un análisis del líquido amniótico en mujeres embarazadas para detectar el ADN del parásito[4].
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Aunque la mayoría de las enfermedades infecciosas felinas sólo afectan a los gatos, algunas de estas enfermedades pueden transmitirse de los gatos a las personas. Las enfermedades que pueden transmitirse de los animales a las personas se denominan enfermedades zoonóticas. Aunque no es exhaustivo, este artículo destaca las enfermedades zoonóticas más comunes que pueden transmitir los gatos y las sencillas precauciones que puede tomar para reducir el riesgo de contraer estas enfermedades. Para obtener más información sobre los riesgos específicos, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades zoonóticas, póngase en contacto con su médico o profesional de la salud.
La probabilidad de que una persona normal contraiga una enfermedad zoonótica de un gato es baja, pero los individuos con sistemas inmunitarios inmaduros o debilitados son más susceptibles a estas enfermedades. Esto incluye a los bebés, las personas con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), los ancianos y las personas que reciben quimioterapia contra el cáncer u otros fármacos que pueden suprimir su sistema inmunitario.
La enfermedad por arañazo de gato (EAG) está causada por una bacteria llamada Bartonella henselae, que puede estar presente en la saliva de los gatos infectados y en el cuerpo de las pulgas de los gatos. Como su nombre indica, esta infección bacteriana suele transmitirse del gato al ser humano a través de los arañazos, aunque también puede transmitirse a través de las heridas por mordedura y cuando un gato lame las heridas abiertas de una persona. Entre los gatos, esta bacteria se transmite más comúnmente por las picaduras de pulgas de gato infectadas, y también puede encontrarse en las heces de estas pulgas, que pueden servir como fuentes de infección si se exponen a una herida abierta en un gato o en un humano.
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Sarah Legge, Australian National University, Chris Dickman, University of Sydney, Jaana Dielenberg, The University of Queensland, John Read, John Woinarski, Charles Darwin University, Pat Taggart, Tida Nou, The University of Queensland
La toxoplasmosis, la lombriz intestinal del gato y la enfermedad del arañazo del gato están causadas por patógenos que dependen de los gatos -mascotas o asilvestrados- para parte de su ciclo vital. Pero estas enfermedades pueden transmitirse a los humanos, a veces con graves consecuencias para la salud.
Basándonos en los resultados de un gran número de estudios australianos e internacionales, en los datos de los hospitales australianos y en la información de la Oficina Australiana de Estadística, estimamos que muchos miles de personas en Australia enferman o sufren una lesión menor como resultado de enfermedades dependientes de los gatos cada año.
Hemos calculado el coste económico de estos patógenos en Australia en más de 6.000 millones de dólares australianos al año, basándonos en los costes de la atención médica de las personas afectadas, la pérdida de ingresos por las bajas laborales y otros gastos relacionados.
De ellos, unas 12.500 personas enferman, en su mayoría con síntomas inespecíficos parecidos a los de la gripe, que se resuelven en un par de semanas; 650 requieren hospitalización y 50 mueren, y estos casos más graves suelen presentar inflamación cerebral y síntomas neurológicos.
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Según la Humane Society of the United States, hay más de 70 millones de gatos callejeros y asilvestrados vagando por las calles. Dado que los gatos callejeros suelen ser portadores de enfermedades peligrosas, lo mejor que puede hacer para proteger a su gato doméstico de enfermedades graves es mantenerlo dentro de casa. Al permanecer en el interior, es menos probable que su gato se pelee con otros animales y se arriesgue a propagar enfermedades a través de las heridas. También reducirá su exposición a los parásitos que propagan infecciones, como las pulgas y las garrapatas, y evitará la insuficiencia renal que puede producirse por la ingestión de sustancias venenosas como el anticongelante.
Los gatos de exterior y los que viven en hogares con varios gatos tienen el mayor riesgo de contraer enfermedades. Sin embargo, los gatos de interior y los «únicos gatos» también pueden enfermar. La mayoría de las enfermedades de los gatos son fácilmente prevenibles, pero una vez que su gato contrae una enfermedad, puede ser muy difícil de tratar. También es importante tener en cuenta que incluso las dolencias menores pueden sugerir problemas de salud mayores. Pero algunas enfermedades de los gatos son más peligrosas que otras. Siga leyendo para conocer algunas de las más graves.