Gusto de la lengua

Sentido del lenguaje significado

Ninguna emoción es tan apreciada y buscada como el amor. Sin embargo, en ocasiones como el día de San Valentín, a menudo nos engañamos pensando que consiste únicamente en el desvanecimiento y el romance de enamorarse profundamente. Sin embargo, el amor es mucho más complejo. De hecho, podría decirse que ninguna palabra abarca una gama más amplia de sentimientos y experiencias que el amor.

Así que, ¿cómo podemos definir lo que es realmente el amor? En mi nuevo estudio, publicado en el Journal for the Theory of Social Analysis, he empezado por buscar en las lenguas del mundo palabras relacionadas con el amor que no existen en inglés.

La mayoría de nosotros utilizamos la palabra amor con bastante libertad. Yo la uso para referirme al profundo ardor, cuidado y respeto que siento por mi mujer. Pero también la utilizo para describir los inquebrantables lazos de parentesco e historia que comparto con mi familia, y las conexiones y lealtades que tengo con amigos cercanos. Incluso lo utilizaré en relación con nuestra descarada perra Daisy, la música de Tom Waits, las tumbadas de los domingos por la mañana y muchas otras cosas.

Wikipedia

Ha pasado un tiempo desde el último post de esta serie. En resumen, en la primera entrada vimos los sonidos característicos de una serie de lenguas del mundo, y en la segunda, hicimos lo mismo con el dhivehi, pero entramos en mucho más detalle.

En esta entrada, vamos a alejarnos del mundo concreto y medible de la fonología para adentrarnos en el mundo subjetivo de la belleza y la estética. He llamado a este post «El sabor del lenguaje» porque las experiencias subjetivas del lenguaje son similares a las experiencias subjetivas de la comida. Hay mucha comida que probar en el mundo, igual que hay muchas lenguas que escuchar, pero no nos va a gustar el sabor (o el sonido) de todo. Puede que este post acabe siendo un poco desordenado, pero eso es sólo porque es un poco difícil hacer secciones claras de un tema como éste.

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Eso no es del todo cierto. Pero aun así, explorar la percepción de los sonidos por parte de las personas nos da una visión diferente de la fonología, la fonotáctica y el lenguaje en su conjunto. Nos da una idea de por qué el lenguaje puede sonar bien (o mal) y si la belleza percibida del lenguaje es realmente subjetiva o no. Según algunos artículos que ya he visto, parece que los seres humanos comparten colectivamente un determinado criterio sobre lo que hace que una lengua suene bien. Tal vez la belleza no esté en el oído del que mira, después de todo.

Intuición lingüística

A diferencia de la mayoría de las lenguas indoeuropeas, el turco, por ejemplo, agrupa algunas palabras para el sabor en una sola palabra, por ejemplo, acı. ¿Existen otras lenguas que carezcan de palabras para designar, por ejemplo, lo agrio, lo amargo, lo dulce, lo salado, lo picante/agudo, etc.? ¿Existen lenguas que carezcan de terminología gustativa o en las que el gusto se limite a «sabroso» / «no sabroso»?

Logoori tiene dos palabras gustativas, -rur-u y -nʊr-u. La primera abarca lo caliente (picante), lo amargo, lo agrio y, en general, todo lo negativo (también significa «feroz» cuando se aplica a los animados), y la segunda es «dulce». Se pueden construir frases para transmitir lo que se quiera decir, como «salado, carnoso, con hongos, vegetal».

Aunque acı se utiliza para el picante, también es un nombre general para un montón de sabores. Si tu cultura no está lo suficientemente especializada en la cultura alimentaria como para categorizarlos, es tu problema, no el del idioma turco.

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Cambio de idioma

Carmen Álvarez-Mayo no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.

Cuando escuchamos una lengua extranjera, es posible que oigamos sonidos que no existen en nuestra lengua materna, y que suenen de forma diferente a todo lo que hayamos oído antes. La primera vez que oímos algo nuevo, un sonido o una palabra extranjera -incluso una palabra desconocida en nuestras propias lenguas-, algo en ella puede provocar deleite o repulsión.

A menudo, en el caso de las palabras conocidas, es casi imposible simplemente mirar una y separarla de su significado. Palabras como «pútrido» o «asqueroso» tienen connotaciones desagradables ya incorporadas a nuestro subconsciente y, por tanto, el significado jugará un papel fundamental.

Sin embargo, cuando aprendemos un nuevo idioma, nos encontramos con palabras libres de asociaciones y connotaciones en nuestra mente. Esto supone una oportunidad para que los investigadores determinen qué hay en la propia palabra que la mente encuentra agradable o desagradable.

Por Pablo Mariscal

Soy Pablo Mariscal periodista especializado en tecnología e informática. Entre mis intereses se encuentran la realidad virtual y la programación, pero mi principal objetivo son las noticias. Llevo cinco años escribiendo sobre tecnología y tres como periodista independiente.