Los animales sienten placer al hacer el amor
Fijación: simios hipersexuales
Nos dicen que el sexo es placentero. Sin embargo, es probable que no se piense así si se examina la literatura científica. Esto se debe a que la mayoría de las explicaciones científicas sobre el comportamiento sexual se basan en explicaciones evolutivas y no en las experiencias mentales y emocionales más relevantes. Decir que tenemos sexo porque nos ayuda a preservar nuestro legado genético sería totalmente correcto, pero faltarían los aspectos más fugaces, experienciales y placenteros de ese impulso social tan básico. Sería como contemplar un cuadro al que se le ha quitado la mitad del espectro cromático.
Sin embargo, una de las cosas que nos ha despertado la curiosidad es si somos la única especie que experimenta el placer sexual. La cuestión de si los animales no humanos también lo disfrutan es una pregunta perenne -y científicamente legítima-. En los últimos 10 ó 15 años, se han empezado a acumular pruebas científicas de que los animales experimentan una sensación general de placer, como sabrá cualquiera que haya acariciado a un gato. En 2001, por ejemplo, los psicólogos Jeffrey Burgdorf y Jaak Panskepp descubrieron que a las ratas de laboratorio les gustaban las cosquillas y emitían una especie de risa chirriante fuera del alcance del oído humano. Y no sólo eso, sino que buscaban activamente esa sensación.
Cómo aman los animales
Estructuras anatómicas de la cabeza y la garganta de un pavo doméstico. 1. Carúnculas 2. Picota 3. Barbilla (papada) 4. Carúncula mayor 5. Barba. Durante el comportamiento sexual, estas estructuras se agrandan o se vuelven de colores brillantes.
El comportamiento sexual de los animales adopta muchas formas diferentes, incluso dentro de la misma especie. Los sistemas comunes de apareamiento o de motivación reproductiva incluyen la monogamia, la poliginia, la poliandria, la poligamia y la promiscuidad. Otros comportamientos sexuales pueden estar motivados por la reproducción (por ejemplo, el sexo aparentemente debido a la coacción o el comportamiento sexual situacional) o no motivados por la reproducción (por ejemplo, la sexualidad interespecífica, la excitación sexual por objetos o lugares, el sexo con animales muertos, el comportamiento sexual homosexual y el comportamiento sexual bisexual).
En la mayoría de los mamíferos no humanos, el apareamiento y la cópula se producen en el momento del celo (el periodo más fértil del ciclo reproductivo de la hembra), lo que aumenta las posibilidades de éxito de la fecundación[1][2]. Las hembras suelen seleccionar a los machos para el apareamiento sólo si parecen fuertes y capaces de protegerse. El macho que gana una pelea también puede tener la oportunidad de aparearse con un mayor número de hembras y, por tanto, transmitirá sus genes a su descendencia[3].
Relaciones y apareamiento de los animales | documental completo
La función principal del sexo es reproducirse, así que tendría sentido que la naturaleza incentivara a los animales a aparearse recompensándolos con una experiencia placentera. No sabemos cuántos animales experimentan placer sexual, pero tenemos pruebas de ello en varias especies.
Los bonobos y otros primates mantienen relaciones sexuales durante el embarazo o la lactancia, aparentemente sólo por placer, mientras que los murciélagos frugívoros de nariz corta practican sexo oral para prolongar sus relaciones sexuales (puede haber razones evolutivas para ello, pero también podría ser por diversión).
Por otra parte, el clítoris de los delfines hembra posee haces nerviosos, tejido eréctil y vasos sanguíneos que podrían permitirles alcanzar el clímax, y se han observado macacos japoneses hembras que alcanzan el orgasmo, a pesar de que no hay ningún beneficio reproductivo directo de ello.
¿qué pasaría si tuvieras sexo con un animal?
Si un animal debe aparearse para reproducirse, todo el futuro de su especie depende de tener sexo. Por lo tanto, la adaptación más beneficiosa para esa especie es el sexo placentero. Aunque es difícil preguntarles si disfrutan haciéndolo, un rápido vistazo a su comportamiento muestra que, como mínimo, la mayoría de los mamíferos y aves experimentan placer sexual.
En cuanto a la pregunta de si los animales experimentan o no placer sexual, la respuesta es sencilla: la mayoría de los animales no se tomarían un tiempo para el sexo si no se sintieran bien. Ciertamente, no eligen tener sexo para hacer bebés, ya que no son capaces de entender la reproducción. Todos los mamíferos tienen la capacidad fisiológica del orgasmo porque todos tienen un pene o un clítoris, y las pruebas sugieren que todos lo experimentan. Las investigaciones con macacos hembra registraron contracciones musculares, expresiones faciales y vocalizaciones que demostraron que sí tienen orgasmos. Curiosamente, aunque la mayoría de las aves macho carecen de pene, el pájaro tejedor macho tiene una estructura similar al clítoris y su estimulación produce un orgasmo. Es lógico que los machos y las hembras de otras especies de aves tengan estructuras similares.