Los gatos pasan frio
Orejas frías de gato
El invierno puede ser una época maravillosa del año y no hay nada como acurrucarse con un gato dentro de casa durante una ola de frío. Sin embargo, el frío puede presentar algunos riesgos para nuestros amigos felinos, por lo que es importante estar preparado. Lea nuestros consejos sobre cómo mantener a su gato seguro, feliz y caliente durante los meses más fríos o responda a nuestro cuestionario para saber cuánto sabe ya.
Algunos gatos prefieren entrar en casa durante el invierno y encontrar un lugar cálido para echar una cabezada. Los lugares cálidos, cómodos y sin corrientes de aire son ideales para su gato, mientras que las almohadillas térmicas o las camas que se colocan sobre los radiadores son aún mejores.
¿Su gato tiene artritis? Los gatos artríticos y de edad avanzada pueden sufrir con el frío, ya que éste afecta gravemente a sus articulaciones. Ofrezca a su gato muchos lugares cálidos para dormir, y asegúrese de que sean fácilmente accesibles. Si le preocupa la salud de su gato o hay algún cambio, acuda al veterinario.
El otoño y el invierno traen consigo la promesa de los fuegos artificiales y la noche de las hogueras. Desgraciadamente, esta época puede ser estresante para los gatos, ya que se angustian con los ruidos y las luces. Es especialmente importante asegurarse de que se sientan seguros y felices:
El gato estornuda mucho
A no ser que se trate de una raza de pelo muy corto o sin pelo, los gatos suelen tener un pelaje cálido y (con suerte) permanecen en el interior. Sin embargo, pueden pasar frío. Por ejemplo, pueden salir al exterior de forma inesperada en un día frío o encontrarse atrapados en una zona fría de la casa, como el sótano, el ático o un espacio de acceso no aislado.
También pueden pasar frío si baja demasiado la calefacción o si se apaga inesperadamente mientras usted está fuera. Tenga en cuenta la comodidad de su gato cuando baje la calefacción al salir de casa. Si hace mucho frío, puede dejarla unos grados más alta.
Los gatos deben permanecer dentro de casa por su propia salud y seguridad. Los gatos que salen al exterior corren un mayor riesgo de contraer enfermedades o parásitos de otros animales o de resultar heridos en un accidente. Estos riesgos pueden ser aún mayores en invierno, cuando las temperaturas son más frías, las horas de luz son más cortas y la visibilidad es menor debido al mal tiempo. Por ejemplo, los gatos que están en el exterior pueden tener más probabilidades de sufrir congelaciones, resbalar en una zona helada, ser atropellados por un coche o perder el camino a casa.
¿pueden los gatos sobrevivir al invierno en el exterior?
Sólo quieres lo mejor para tu gatito. Por eso, en los meses más fríos del invierno te preguntarás: «¿Cómo sé si mi gato tiene frío?». Los signos de que tu gato puede tener demasiado frío incluyen escalofríos, hinchazón de su pelaje, una cola fría, la nariz y la búsqueda de lugares más cálidos para acurrucarse. He aquí cómo ayudar a su bebé peludo a mantenerse caliente y calentito en los fríos meses de invierno.
Si su gato tiene mucho frío, puede empezar a temblar, como lo haría una persona. Los escalofríos también pueden ser un signo de ansiedad, dolor o enfermedad, por lo que es importante observar qué más hace su gato. Jadear mientras tiembla, por ejemplo, puede ser un signo de estrés o dolor.1 También puede ser un signo de que tiene fiebre, especialmente si va acompañado de una disminución del aseo o de la alimentación. Si tiene alguna duda, visite a su veterinario.
Los gatos con frío pueden encorvarse más hacia el suelo e inflar un poco su pelaje. Si un gato se mantiene erguido e hincha el pelo, normalmente está percibiendo una amenaza. Pero si está encorvado y ligeramente hinchado, puede estar sintiendo frío.
Las extremidades de un gato con frío pueden sentirse más frías al tacto de lo normal, como las puntas de las orejas, la cola o la nariz. Un gato en peligro de hipotermia puede volverse perezoso, con las pupilas dilatadas o la respiración superficial. Estos síntomas pueden requerir atención veterinaria inmediata.
Infección de las vías respiratorias superiores del gato
R: Aunque hay mucha información confusa en Internet, los gatos no pueden contraer el mismo virus del resfriado común que nosotros, pero sí pueden contraer la gripe del gato (a veces también llamada enfermedad vírica de las vías respiratorias superiores felina). La gripe del gato provoca síntomas similares a los del resfriado, con una nariz congestionada que puede hacer que su gato resople y estornude, fiebre, babeo y ojos rojos y llorosos. También es posible que su gato evite moverse tanto si tiene la gripe del gato, ya que puede causar dolor muscular y articular.
R: Un gato puede ser portador de la gripe del gato (que está causada por una combinación de virus) sin mostrar necesariamente síntomas. Se transmite a través de estornudos o gotas de saliva, o de la secreción de los ojos. Aunque los gatitos suelen ser los que más riesgo corren de contraer la gripe del gato, los gatos mayores con el sistema inmunitario debilitado también pueden ser susceptibles. Si su gato es un anciano de oro o tiene una enfermedad cardíaca o pulmonar preexistente (como el asma felino), deberá vigilarlo cuidadosamente y es posible que deba hablar con su veterinario sobre los posibles tratamientos.
R: No hay cura para la gripe felina, pero la buena noticia es que los gatos mayores sanos -los que no tienen problemas inmunitarios- suelen haber desarrollado cierta resistencia a ella con la edad. Sin embargo, si su gato contrajo el virus de la gripe en una etapa anterior de su vida, puede permanecer latente y seguir reapareciendo, y a menudo se desencadena cuando su sistema inmunitario está bajo por el estrés, la mala alimentación u otra enfermedad. Consulte a su veterinario en cuanto su gato muestre alguno de los síntomas (uno de los primeros signos a los que hay que prestar atención es el aspecto dolorido o los ojos parcialmente cerrados). Es posible que se le receten antibióticos para ayudar a combatir las infecciones bacterianas secundarias derivadas del virus, y es posible que pasen algunas semanas antes de que su organismo se recupere de los síntomas.