El sentido del olfato de los gatos frente al de los humanos

Perros frente a gatos: es el viejo dilema. Aunque ninguna de las dos especies de animales es mejor que la otra -en contra de lo que muchos discuten-, cada una de ellas posee cualidades únicas que las diferencian. Los perros conservan un sentido del olfato superior; los gatos pueden caer desde grandes alturas y salir ilesos.

El sentido del oído felino es considerablemente más sensible que el de los perros y los humanos (y muchos otros mamíferos). La capacidad auditiva de un gato sano es una verdadera maravilla biológica. Según un artículo publicado en la web de Animal Planet, las orejas de un gato son “como una sofisticada antena parabólica que gira para captar una señal”. El artículo continúa explicando que “el pabellón auditivo externo del gato, o pabellón auricular, gira hasta 180 grados para localizar e identificar hasta el más leve de los chirridos, píos o crujidos”.

En los humanos, el conducto auditivo es extremadamente corto y sólo mide 2,5 centímetros de longitud. Sin embargo, tanto los caninos como los felinos poseen un canal auditivo largo que “hace una curva de casi 90 grados en su recorrido hacia las partes más profundas de la oreja”, explica el Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Washington.

¿los gatos huelen mal?

¿Ha experimentado alguna vez la frustración de ver cómo su perro prioriza el seguimiento de un olor interesante por encima de todo lo demás? En un momento dado, tu perro puede estar jugando felizmente contigo y haciendo todo lo que se le ordena, pero de repente se va, con la nariz pegada al suelo y con todo su ser concentrado en seguir ese olor interesante. Le dices que se detenga y vuelva a tu lado, pero tus ruegos caen en saco roto.Con su inmensamente poderoso sentido del olfato, los perros son mucho, mucho mejores que nosotros para detectar e identificar los olores. Los signos de que un perro ha captado un olor suelen ser bastante claros, y la primera pista que puede notar es que su perro, de repente, empieza a ignorarle. En lugar de hacer lo que se le dice, dirige su nariz hacia el suelo o hacia lo alto, girando la cabeza hacia un lado y hacia otro mientras intenta localizar la fuente del olor, inhalando y exhalando rápidamente, y puede que no vuelva a prestarle toda su atención hasta que esté completamente satisfecho de cuál es el olor y de dónde procede. Algunas razas, como el Basset Hound, tienen incluso orejas especialmente diseñadas para “barrer” los olores del suelo y llevarlos a sus fosas nasales, lo que les proporciona una capacidad de olfateo aún mayor.

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Los gatos pueden oler a los perros

Los gatos son mucho más parecidos a sus ancestros salvajes que los perros a los lobos, por lo que los perros son en ese sentido la especie más domesticada de las dos. Al adaptarse a la convivencia con los humanos, los gatos se volvieron más sociables entre ellos y aceptaron mucho más a las personas, pero no hay pruebas de que hayan cambiado mucho más que eso en los últimos miles de años.

Los gatos y los perros pertenecen a un grupo de mamíferos conocido como Carnivora, y los ancestros salvajes de ambas especies se alimentaban principalmente de carne. Recientes análisis de ADN indican que, a lo largo de su evolución, los perros han adquirido más copias del llamado gen de la amilasa, que fabrica una enzima que ayuda a descomponer el almidón. Tener más copias de este gen ha permitido a los perros llevar una dieta más omnívora. En cambio, la familia de los gatos, conocida como Felidae, perdió los genes que codifican varias enzimas clave -entre ellas las que fabrican vitamina A, prostaglandinas y el aminoácido taurina- al principio de su evolución. Mientras que los perros (y los humanos) pueden sintetizar estas sustancias a partir de precursores vegetales, los gatos tienen que obtenerlas de la carne. Para ampliar su dieta, los gatos tendrían que desarrollar rasgos fisiológicos que les permitieran sintetizar estos y otros nutrientes clave a partir de alimentos vegetales. Esta capacidad no ha surgido durante los 10 millones de años de evolución de los félidos, por lo que parece poco probable que surja espontáneamente en nuestros gatos domésticos.

Nariz de gato frente a nariz de perro

El sentido del olfato de un gato es la principal forma de identificar a las personas y los objetos. Los gatos tienen más de 200 millones de sensores de olor en la nariz, mientras que los humanos sólo tienen 5 millones. Su sentido del olfato es 14 veces mejor que el de los humanos. Dado que su sentido del olfato es tan sensible, es importante estar atento a cosas como la arena perfumada, los olores de otros animales sobre usted o un olor desconocido en el entorno de su gato (como un mueble nuevo o un invitado). Estas cosas pueden alterar a su amigo felino.

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El sentido del gusto del gato es débil. Los humanos tienen 9.000 papilas gustativas. Los gatos tienen 473. Compensan esta carencia con un sentido del olfato superior. Su respuesta más poderosa a la comida es a través del olfato, no del gusto.

Desde que nacen, el tacto es la principal fuente de afecto para los gatos. Se acicalan unos a otros y se acuestan unos contra otros desde una edad muy temprana. Los gatos se comportan a menudo como gatitos y empiezan a babear o amasar cuando se les acaricia. Cada pelo tiene muchas terminaciones nerviosas y evoca una respuesta muy clara del sistema nervioso. Su ritmo cardíaco disminuye, sus músculos se aflojan y su cuerpo se relaja.

Por Pablo Mariscal

Soy Pablo Mariscal periodista especializado en tecnología e informática. Entre mis intereses se encuentran la realidad virtual y la programación, pero mi principal objetivo son las noticias. Llevo cinco años escribiendo sobre tecnología y tres como periodista independiente.