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Frente a la Iglesia de San Pedro se encuentra el Palacio de los Reyes de Navarra, un edificio medieval con arcos, clasificado como monumento nacional. Admire sus columnas ornamentadas y esculpidas, incluida una cara que ilustra la lucha del Caballero Roldán. El Palacio alberga el Museo Gustavo de Maeztu, que presenta obras plásticas de este polifacético artista. Aproveche para detenerse en la fuente de la plaza. Para continuar su paseo por la ciudad, tome la calle de la Rua, bordeada de hermosas casas, así como la calle Mayor. En verano, un paseo por el Aga en el Parque de los Llanos es perfecto para refrescarse e incluso darse un chapuzón en las propiedades místicas del Aga Salada… Hablando de lo místico y lo extraño, si no le dan miedo las calaveras, vaya a 1 km de Estella, para ir al «Jardín de las calaveras», el Parque de los Desvelados. Una meseta vegetal donde el artista Luis García Vidal utilizaba rocas, plantas y todo lo que la naturaleza le ofrecía para esculpir y dibujar calaveras. Fallecido desde 2008 en oscuras circunstancias, este parque lamentablemente no se mantiene. Es lo suficientemente original como para que merezca la pena desviarse.

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Navarra es una región llena de pueblos fascinantes, algunos de los cuales se encuentran entre los más bellos de España. En una escapada por la región, la visita a algunos de estos lugares más representativos es imprescindible para enamorarse de ellos.

Roncesvalles es una parada popular para los peregrinos del Camino de Santiago. La Colegiata de Santa María, que data del siglo XVII, era un antiguo hospital de peregrinos. Fue mandada construir por el rey navarro Sancho VII el Fuerte en estilo gótico francés. Entre sus objetos de interés se encuentran la esmeralda de Miramamolín y un ajedrez de Carlomagno. En cuanto al resto del pueblo, los edificios más destacados son un molino, la Casa de los Beneficiados, un albergue y el hospicio. Como curiosidad, aunque es un pueblo muy turístico, sólo tiene 18 habitantes.

Burguete está totalmente inmerso en el Pirineo navarro, hasta el punto de que el escritor y periodista Ernest Hemingway dijo que era «el territorio más salvaje de los Pirineos». Esta localidad nació con el objetivo de dar cobijo a los peregrinos del Camino de Santiago en su paso por las montañas y hoy su casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural. Si nos fijamos en su historia, aquí es donde las tropas de Carlomagno fueron derrotadas en el siglo VIII y donde siglos antes las legiones romanas habían marchado hacia Hispania. Sin duda, se trata de uno de los pueblos más bellos de Navarra.

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Los 200 kilómetros del Camino de Santiago que atraviesan Navarra están llenos de un enorme legado cultural y patrimonial para el disfrute del peregrino, una diversidad que hemos querido condensar en cinco lugares que no debe perderse si visita el Camino Francés.

Desde la época medieval en Estella se celebran semanalmente varios mercados tradicionales al aire libre, como el de abastos, en la Plaza de los Fueros o el de alimentos, en la Plaza de Santiago. Merece la pena dejarse caer por sus calles centenarias y disfrutar de su artesanía y sus tiendas.

Fundada por Alfonso I, lo más sorprendente de esta villa navarra es, sin duda, su puente románico, sobre el río Arga, quizá la construcción civil más popular del Camino de Santiago. El puente, mandado construir en el s. XI por una reina navarra cuya identidad no está muy clara, supuso un alivio para los peregrinos medievales, que podían cruzar el río Arga de forma más segura, sin tener que rodearlo y exponerse al pillaje y al saqueo.

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Navarra es una tierra de transición, en la que conviven cuatro climas diferentes. Por ello, Navarra destaca por la diversidad de sus paisajes y los impresionantes contrastes de su geografía. A las cumbres de las montañas y a los verdes valles de los Pirineos les siguen las colinas, los viñedos y los cultivos para dar paso finalmente al desierto de las Bardenas. Esta diversidad es un regalo de la naturaleza, un privilegio del que nos sentimos orgullosos y agradecidos.

El lugar perfecto para encontrar su paz interior en medio de un mosaico de paisajes que cambia en cada punto de la brújula. Y, además, los colores cambian con cada estación, para ofrecerle una imagen diferente, pero siempre poderosa y pacífica.

Si sólo piensa en pasar una breve estancia en Navarra, no puede dejar de visitar alguno de estos bellos parajes. Aunque todos son tan diferentes como el día y la noche, cada uno de ellos tiene un encanto que posiblemente nunca olvidará.Haga clic en ellos para descubrir todo lo que puede ver y hacer en estos parajes naturales de primer orden

Es normal, la naturaleza lleva años haciendo de las suyas en nuestra tierra, y ha sido extremadamente generosa.  Si aún no sabe por dónde empezar, siga leyendo porque le vamos a dar unas pinceladas de todos estos lugares y algunas ideas más para que se adentre en la naturaleza de Navarra.