receta de migas

La sencilla Ensaladilla Rusa se sirve en una barra de pan ovalada llamada “roscilla” con una anchoa (Marinera), una sardina (Marinero) o sin cobertura de pescado, La Bicicleta.

Sin embargo, para un plato tan sencillo, ¡varía mucho! Parte de comer como un local es saber cómo te gusta tu Ensaladilla Rusa, con más verduras (variantes) o menos, la cantidad de mayonesa, atún, patata…

El plato se creó originalmente para reducir el desperdicio de pan duro, y se conoce comúnmente como “comida de los pobres” debido a la cantidad de personas que el plato podía alimentar con muy poco coste.

En España, la cuestión de la tostada con tomate es similar a cómo se toma el scone en el Reino Unido: ¿se pone primero la nata y luego la mermelada? ¿Y al revés? ¿Se pone un lado y luego el otro, o se ponen juntos como un sándwich?

Muchos aliñan el pan con sal y aceite de oliva antes de echar el tomate por encima, otros lo aliñan después, e incluso hay algunos (psicópatas) que mojan la tostada en el tomate con cada bocado.

migas de pan rallao

Las migas, a veces llamadas “migas de pastor”, son, como su nombre indica, un plato pastoril. Inicialmente se creó para aprovechar las sobras del pan. Hay quien cree que su origen está relacionado con el cuscús, ya que en los territorios cristianos se hacía con pan y se le añadía tocino para distinguirlo de la comida judía y árabe.

Sin embargo, las migas son una de esas recetas que no tienen una fórmula exacta, ya que dependen en gran medida de la región, de los productos disponibles y del cocinero, dando lugar a muchas variantes diferentes. Pueden ser dulces o saladas. En algunos lugares se añade pimentón para darle un color rojizo, en otros se mezclan en una sartén con tocino, o chorizo. Las preparaciones dulces pueden incluir uvas, melón o incluso chocolate.

Al ser una receta tan sencilla con ingredientes tan simples, no es de extrañar que sea un plato popular en todo el país. Es especialmente popular en las zonas rurales, donde la gente ha tenido menos dinero y, por tanto, aprovechar el pan viejo era una forma necesaria de comer. Como resultado, este plato es una gran opción para aquellos con un presupuesto reducido pero que aún quieren probar algo de auténtica comida española.

migas alpujarreñas en olla gm

Los romanos llegaron a Hispania cuando los pueblos celtíberos ya comían pan fermentado. A pesar de ello, no hay constancia del uso del pan como ingrediente en las preparaciones culinarias de los pueblos prerromanos. Una de las primeras referencias a preparaciones similares cuyo ingrediente es la miga de pan, o pan laminado, se encuentra en la cocina del Imperio Romano, en la que se preparan rebanadas de pan mojado y se saltean con grasa y diversos fragmentos de carne; pueden ser las preparaciones precursoras de las randillas y las torrijas. Los puls y las gachas legionarias romanas pueden haber sido precursores, pero aunque son preparaciones con pan no recuerdan a las migas en su aspecto final[10] Las migas se hacen en una fuente de horno.

Las migas se hacen en una sartén o caldero. Es preferible utilizar recipientes de materiales de hierro o acero, evitando los de barro o tierra[7] Se utilizan recipientes en los que las migas se puedan remover continuamente mientras se aplica una fuente de calor de intensidad media-alta. Se acostumbra a mencionar que se ha hecho “una sartén de migas”. Se prefiere remover con tenedores de madera (cazo), antes de hacerlo con tenedores de metal, dejando que se remuevan violentamente durante varios minutos.

Receta migas de harina murcianas 2021

Las gachas se basan en una preparación ibérica muy antigua a base de harina. Las gachas pueden tener diferentes consistencias, desde una sopa líquida hasta un pastel grueso con corteza dorada. La forma de prepararlas cambia de una zona a otra y de una familia a otra[cita requerida].

Las gachas andaluzas se elaboran tradicionalmente con harina de trigo. La forma tradicional de cocinarlas consiste en freír rodajas de ajo en aceite de oliva hasta que estén doradas. Entonces se añade la harina espolvoreándola sobre el aceite caliente con una mano y mezclando bien con la cuchara hasta que la mezcla esté ligeramente tostada. Se añade entonces el agua, vertiéndola muy lentamente, sin dejar de remover la mezcla sin interrumpir el burbujeo. Se añade sal y agua al gusto y a la consistencia deseada, estando las gachas listas cuando “huelen a cocido”[3].

Existen muchas variantes de las gachas en la propia Andalucía, como la poleá dulce, las gachas colorás aromatizadas con pimentón o azafrán, o las gachas de matanza, servidas con un guiso con sangre cuajada, hígado y despojos. En algunas regiones también se le puede añadir cebolla frita y picatostes de pan.

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Por Pablo Mariscal

Soy Pablo Mariscal periodista especializado en tecnología e informática. Entre mis intereses se encuentran la realidad virtual y la programación, pero mi principal objetivo son las noticias. Llevo cinco años escribiendo sobre tecnología y tres como periodista independiente.