Crítica de la ventaja comparativa

Las cantidades de tiempo \(L\) que tiene que utilizar \(P_1\) para producir una unidad de los bienes \(G_1\) y \(G_2\) son respectivamente \(a^{P_1}{G_1}\) y \(a^{P_1}{G_2}\). Del mismo modo, las cantidades de tiempo \ (L\) que \ (P_2) tiene que utilizar para producir una unidad de los bienes \ (G_1) y \ (G_2) son respectivamente \ (a^{P_2}_G_1) y \ (a^{P_2}_G_2). Suponemos que estos coeficientes \(a\) son números reales estrictamente positivos.

Al considerar un intercambio entre \(P_1\) y \(P_2\), podemos observar la cantidad de tiempo \(L\) que realmente eligieron para la producción de ambos bienes \(G_1\) y \(G_2\). Las cantidades de tiempo \(L\) que la persona \(P_1\) dedicó a la producción de los bienes \(G_1\) y \(G_2\) se anotan respectivamente \(L^{P_1}_{G_1}\) y \(L^{P_1}_{G_2}\). Del mismo modo, las cantidades de tiempo \ (L) que la persona \ (P_2) gastó en la producción de bienes \ (G_1) y \ (G_2) se anotan respectivamente \ (L^{P_2}_G_1) y \ (L^{P_2}_G_2). Suponemos que los coeficientes \(L\) son números reales estrictamente positivos.

De ello se deduce que la producción de bienes \(G_1\) por parte de la persona \(P_1\) asciende a \(\frac{L^{P_1}_{G_1}{a^{P_1}{G_1}}) unidades, mientras que la producción de bienes \_2 por parte de la persona \_1 asciende a \frac{L^{P_1}_{G_2}}{a^{P_1}_{G_2}}) unidades. De la misma manera, la producción de bienes \_1 por parte de la persona \_2 asciende a \frac{L^{P_2}{G_1}{a^{P_2}{G_1}}) unidades, mientras que la producción de bienes \N(G_2) por parte de la persona \N(P_2) asciende a \N(\Nfrac{L^{P_2}_G_2}}{a^{P_2}_G_2}}) unidades.

La teoría de Heckscher-ohlin

David Ricardo (1772-1823) fue un economista clásico más conocido por su teoría de los salarios y los beneficios, la teoría del valor del trabajo, la teoría de la ventaja comparativa y la teoría de las rentas. David Ricardo, junto con otros economistas, descubrió simultáneamente y de forma independiente la ley de los rendimientos marginales decrecientes. Su obra más conocida es Principios de economía política y fiscalidad (1817).

Nacido en Inglaterra en 1772, uno de 17 hijos, David Ricardo empezó a trabajar con su padre como corredor de bolsa a los 14 años, pero a los 21 fue repudiado por su padre por casarse fuera de su religión. Su riqueza se debe a su éxito con un negocio que puso en marcha y que se ocupaba de los valores del Estado. Se retiró a la edad de 41 años después de ganar un millón de libras esterlinas especulando con el resultado de la batalla de Waterloo.

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Tras jubilarse a los 42 años, Ricardo compró un escaño en el Parlamento por 4.000 libras, y ejerció como diputado. Influido por Adam Smith, Ricardo se relacionó con otros destacados pensadores de la época, como James Mill, Jeremy Bentham y Thomas Malthus. En su Ensayo sobre la influencia de un precio bajo del maíz en los beneficios de las acciones (1815), Ricardo conceptualizó la ley de los rendimientos decrecientes con respecto al trabajo y al capital.

Ventaja comparativa de Clifford

En un modelo económico, los agentes tienen una ventaja comparativa sobre los demás en la producción de un determinado bien si pueden producir ese bien a un coste de oportunidad relativo más bajo o a un precio de autarquía, es decir, a un coste marginal relativo más bajo antes del comercio[1]. La ventaja comparativa describe la realidad económica de las ganancias de trabajo derivadas del comercio para los individuos, las empresas o las naciones, que surgen de las diferencias en sus dotaciones de factores o en el progreso tecnológico. [2] (La ventaja absoluta, que compara la producción por tiempo (eficiencia laboral) o por cantidad de material de entrada (eficiencia monetaria), se considera generalmente más intuitiva, pero menos precisa: mientras los costes de oportunidad de producir bienes entre países varíen, el comercio productivo es posible[3]).

David Ricardo desarrolló la teoría clásica de la ventaja comparativa en 1817 para explicar por qué los países participan en el comercio internacional incluso cuando los trabajadores de un país son más eficientes en la producción de cada bien que los trabajadores de otros países. Demostró que si dos países capaces de producir dos mercancías participan en el mercado libre (aunque con el supuesto de que el capital y la mano de obra no se mueven internacionalmente[4]), entonces cada país aumentará su consumo global exportando el bien para el que tiene una ventaja comparativa mientras importa el otro bien, siempre que existan diferencias en la productividad del trabajo entre ambos países. [5] [6] La teoría de Ricardo, ampliamente considerada como una de las ideas más poderosas[7] y a la vez contraintuitivas[8] de la economía, implica que la ventaja comparativa, y no la ventaja absoluta, es la responsable de gran parte del comercio internacional.

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Modelo ricardiano

La ventaja comparativa es la capacidad de una economía para producir un determinado bien o servicio a un coste de oportunidad inferior al de sus socios comerciales. La ventaja comparativa permite a una empresa vender bienes y servicios a un precio inferior al de sus competidores y obtener mayores márgenes de venta.

La ley de la ventaja comparativa se atribuye popularmente al economista político inglés David Ricardo y a su libro “Sobre los principios de la economía política y la fiscalidad”, escrito en 1817, aunque es probable que el mentor de Ricardo, James Mill, haya originado el análisis.

La ventaja comparativa es uno de los conceptos más importantes de la teoría económica y un principio fundamental del argumento de que todos los actores, en todo momento, pueden beneficiarse mutuamente de la cooperación y el comercio voluntario. También es un principio fundacional en la teoría del comercio internacional.

La clave para entender la ventaja comparativa es una sólida comprensión del coste de oportunidad. En pocas palabras, un coste de oportunidad es un beneficio potencial que alguien pierde al elegir una opción concreta en lugar de otra.

Por Pablo Mariscal

Soy Pablo Mariscal periodista especializado en tecnología e informática. Entre mis intereses se encuentran la realidad virtual y la programación, pero mi principal objetivo son las noticias. Llevo cinco años escribiendo sobre tecnología y tres como periodista independiente.