La nueva moneda catalana
Moneda de pasta
El pasado 4 de abril de 2014 se presentó la nueva moneda complementaria catalana, Eurocat, exclusivamente digital, en la sede de PIMEC en Barcelona. Es una moneda transparente y sin intereses, que permitirá superar los efectos de las crisis cíclicas.
Las implicaciones de esta forma de creación monetaria son tremendas, ya que este diseño hace que la deuda agregada, en todo el sistema económico, sea mayor que el dinero disponible para pagar los intereses debidos. Las principales consecuencias son el desafío para el crecimiento económico continuado y el aumento de la desigualdad social. Por todo ello, la creación de medios de pago que puedan eludir la creación de dinero a partir de la deuda con intereses es el primer paso para construir un sistema económico sano y sostenible.
El 4 de abril de 2014 se celebró un acto en la sede de PIMEC en Barcelona, para presentar EUROCAT, el proyecto de creación de una nueva moneda complementaria que está previsto que funcione a partir de junio, en todo el Principado. En el acto se estableció un plazo de un mes (hasta el próximo 4 de mayo) para que todas las empresas, instituciones y particulares que lo deseen puedan inscribirse en el proyecto y convertirse en participantes fundadores. En el acto se explicó la estructura básica del sistema. Los participantes fundadores conformarán, de forma participativa desde el 4 de mayo, algunos aspectos del funcionamiento del proyecto, que se configurarán en la primera versión del sistema. La inscripción se puede realizar en http://www.euro-cat.cat.
Cataluña
El 9 de octubre, el diario austriaco Der Standard publicó una interesante y oportuna entrevista con la economista catalana Elisenda Paluzie titulada «La campaña del miedo perjudicará sobre todo a España». En esta entrevista, la Sra. Paluzie sostenía que la independencia catalana sólo tendría efectos negativos muy pequeños en la economía catalana. Además, afirmaba que el consiguiente aumento de los costes de refinanciación de la deuda pública española, más la posición del gobierno catalán de que una Cataluña independiente no asumiría una parte de la deuda soberana española, haría que el resto de España fuera el principal perdedor de la independencia.
Cataluña es más rica que la mayor parte del resto de España (véase el gráfico siguiente). Sin embargo, esto no garantiza una transición económica suave hacia la independencia. Entre otras cosas, una Cataluña independiente tendría que introducir una nueva moneda, crear un banco central, abrir nuevos organismos de supervisión y transponer todos sus contratos en euros a la nueva moneda. Cataluña también tendría que enfrentarse a una frontera exterior de la UE dura con España y Francia, con los controles aduaneros necesarios. A diferencia del Reino Unido, Cataluña no podría contar con los aranceles de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya que no es miembro de la misma.
Billetes españoles
El real, el escudo y la peseta eran algunas de las monedas españolas antes del euro. La mayoría de las transiciones de una a otra se produjeron debido a la unificación territorial. De forma orgánica, muchas regiones comenzaron a llamar a su dinero con nombres diferentes, hasta que se implantó una nueva forma de pago.
El real fue la moneda oficial española durante cientos de años, desde mediados del siglo XIV hasta 1864. El rey castellano Pedro I introdujo esta moneda estándar, que valía tres maravedíes. Eran monedas ibéricas de oro o plata. Ocho reales equivalían al peso de un peso de plata o dólar español, que se presentó el mismo año. El dólar español se utilizó en América y Asia, y se hizo muy popular como moneda de cambio para el comercio internacional.
El escudo español tenía dos denominaciones: plata y oro. El primer escudo fue una moneda de oro introducida en 1566. Se siguió acuñando hasta 1833. El escudo de plata se utilizó entre 1864 y 1869. Cada escudo valía varios reales y finalmente fueron sustituidos por pesetas.
Moneda española
El real, el escudo y la peseta eran algunas de las monedas españolas antes del euro. La mayoría de las transiciones de una a otra se produjeron debido a la unificación territorial. De forma orgánica, muchas regiones comenzaron a llamar a su dinero con nombres diferentes, hasta que se implantó una nueva forma de pago.
El real fue la moneda oficial española durante cientos de años, desde mediados del siglo XIV hasta 1864. El rey castellano Pedro I introdujo esta moneda estándar, que valía tres maravedíes. Eran monedas ibéricas de oro o plata. Ocho reales equivalían al peso de un peso de plata o dólar español, que se presentó el mismo año. El dólar español se utilizó en América y Asia, y se hizo muy popular como moneda de cambio para el comercio internacional.
El escudo español tenía dos denominaciones: plata y oro. El primer escudo fue una moneda de oro introducida en 1566. Se siguió acuñando hasta 1833. El escudo de plata se utilizó entre 1864 y 1869. Cada escudo valía varios reales y finalmente fueron sustituidos por pesetas.